Recuerdo una vez que aposté en un partido de fútbol sin darme cuenta de que me había equivocado de equipo. Mi confusión se convirtió en sorpresa cuando mi "equipo" empezó a marcar. Cuando ganaron, lo celebré como un loco, pero más tarde descubrí mi error. La victoria seguía siendo una victoria, pero aprendí a comprobar dos veces mis apuestas. Tus consejos me han ayudado mucho a evitar esos errores de novato y a tomar mejores decisiones. Ahora disfruto de la emoción sin sorpresas inesperadas.